Las familias con un miembro con autismo, viven el día a día de una manera muy diferente al resto de las familias. Tener un hijo con autismo afecta el impacto en varios aspectos de la vida familiar: las finanzas, la salud emocional y mental de los papás, la salud física de los miembros de la familia, las relaciones entre hermanos, relaciones con familiares, amigos y vecinos y en actividades recreativas y de ocio e incluso la limpieza del hogar.
Los padres de niños autistas pueden experimentar:
- Vergüenza por el comportamiento de sus hijos en público.
- Sentirse socialmente aislados.
- Frustración por la expectativa de vida que tenían.
- La culpa de pensar que pueden ser responsables de la condición de sus hijos y los desafíos de los otros hijos.
- La desesperación debido que es un trastorno incurable.
- El resentimiento y la culpa debido al resentimiento.
- Ira hacia ellos mismos, doctores y pareja.
- Sensación de agobio.
Los hermanos de niños autistas pueden experimentar:
- Sentimientos de vergüenza.
- Conflictos o incluso agresión producida por su hermano / hermana con autismo cuando intentan interactuar con ellos durante el juego.
- Sentimiento de abandono de sus padres por brindarle mayor atención al hijo con autismo.
- Exclusión y resentimiento hacia el hermano con autismo.
- Soledad por falta de apoyo social de amigos.
El impacto de los niños con autismo afecta negativamente el estilo de vida de la familia y su estado socioeconómico, asociado con una gran pérdida de ingresos anuales del hogar. Socialmente se provoca una ruptura en varios ámbitos como, la educación, la convivencia en familia, la convivencia con amigos, en lo profesional y en las relaciones de pareja.
La mayoría de las familias pueden superar estos desafíos si tienen control sobre los otros factores que provocan estrés. Existen diferentes tipos de apoyos, capacitación de padres por parte de profesionales, tratamiento y grupos de autoayuda que pueden contribuir a un impacto positivo en la familia.