El 8 de marzo es una fecha de lucha, memoria y reivindicación. Es un día en el que salimos a las calles, alzamos la voz y exigimos justicia por todas las mujeres que han sido silenciadas. Sin embargo, también puede ser un día emocionalmente difícil, cargado de dolor, rabia y agotamiento. Es por eso que el autocuidado y la sororidad se vuelven fundamentales no solo en esta jornada, sino en nuestro día a día.
Las mujeres, históricamente, hemos sido educadas para poner las necesidades de los demás antes que las nuestras. Muchas veces cargamos con múltiples responsabilidades sin darnos el espacio para atender lo que realmente sentimos y necesitamos.
El 8M nos recuerda las injusticias que enfrentamos, las violencias estructurales y las ausencias de tantas mujeres que nos han sido arrebatadas. Sentir enojo, tristeza o frustración es completamente válido. Sin embargo, también es importante recordar que cuidarnos a nosotras mismas es parte de la lucha. Permitirse hacer pausas, conectar con nuestras emociones y respetar nuestros propios límites es una forma de resistencia. No tenemos que cargar con todo solas.
El autocuidado emocional implica reconocer nuestras emociones, darnos permiso para sentir sin culpa, establecer límites saludables y pedir ayuda cuando la necesitamos. Al hacerlo, no solo fortalecemos nuestra propia salud mental, sino que también enviamos un mensaje poderoso: nuestra paz y bienestar importan.
La sororidad: apoyarnos para sanar
La sororidad es la solidaridad entre mujeres, el reconocimiento de nuestras experiencias compartidas y la disposición a apoyarnos unas a otras. En un mundo que muchas veces nos enfrenta o nos divide, la sororidad es una herramienta clave para sanar juntas y construir espacios más seguros y amorosos.
Cuando hablamos de autocuidado desde la sororidad, nos referimos a la importancia de validar nuestras emociones, de acompañarnos en los procesos difíciles y de recordarnos que no estamos solas. A veces, el simple hecho de escuchar a otra mujer sin juzgar, de ofrecer apoyo o de compartir experiencias puede marcar una gran diferencia en la vida de alguien más.
El feminismo no solo es lucha en las calles, también es aprender a ser compasivas con nosotras mismas. La militancia y el activismo pueden ser agotadores. Exigir justicia en un sistema que muchas veces no escucha es frustrante y desgastante. Por ello, el autocuidado no es un lujo, sino una necesidad para seguir construyendo espacios de cambio de manera sostenible.
Además, el autocuidado colectivo también forma parte de la lucha: apoyarnos entre nosotras, visibilizar la importancia de la salud mental y crear redes de contención emocional son acciones que contribuyen a un feminismo más fuerte y humano.
Estrategias para practicar el autocuidado con sororidad
Si bien el autocuidado es un proceso personal, también podemos fortalecerlo a través del apoyo mutuo. Algunas estrategias incluyen:
- Validar nuestras emociones: No minimizar lo que sentimos, sino reconocerlo y compartirlo con mujeres de confianza.
- Pedir y brindar apoyo: La vulnerabilidad no es debilidad. Hablar con amigas, asistir a círculos de mujeres o buscar terapia son formas de cuidar nuestra salud mental.
- Aprender a poner límites: Decir “no” cuando algo no nos hace bien es una forma de respeto propio y también enseña a otras mujeres a hacerlo.
- Crear redes de apoyo: Rodearnos de mujeres con quienes podamos compartir nuestras luchas, alegrías y aprendizajes.
- Practicar la gratitud y la celebración mutua: Reconocer los logros de otras mujeres y los propios ayuda a construir una comunidad de apoyo genuino.
- Cuidarnos después del 8M: Después de un día tan cargado de emociones, es importante darnos un tiempo para procesar lo vivido. Puede ser descansar, escribir sobre lo que sentimos o compartirlo con alguien de confianza.
El 8M es un día de lucha, pero también de mucha carga emocional. No se trata solo de alzar la voz, sino de asegurarnos de que seguimos teniendo la fuerza para hacerlo. El autocuidado y la sororidad van de la mano: cuidarnos individualmente y sostenernos entre nosotras es una declaración de amor propio y colectivo. Juntas, podemos seguir construyendo una comunidad en la que todas tengamos la posibilidad de sanar, crecer y resistir. 💜