La autoestima se trata de la opinión que tenemos de nosotros mismos, de una apreciación subjetiva acerca de nuestra valía. Por tanto, entendemos autoestima como el concepto que tenemos de nuestro propio valor, basado en los sentimientos, pensamientos, sensaciones y experiencias que tenemos en relación con nosotros mismos.
Según Walter Riso, experto en el tema y autor de varios libros sobre dependencia emocional, los cuatro pilares y componentes que forman la autoestima son el autoconcepto, la autoimagen, el autorefuerzo y la autoeficacia.
Cómo mejorar la autoestima?
Cuando una persona tiene la autoestima baja no se quiere, no se acepta y no valora sus cualidades que muchas veces no será capaz ni de verlas. Probablemente deje de acudir a encuentros sociales, deje de probar cosas nuevas y de enfrentarse a retos por miedo a no conseguirlos ya que seguramente crea que no será capaz de lograrlo y le falte seguridad en su día a día.
A continuación te damos 5 técnicas, estos ejercicios si los pones en marcha te ayudarán a aumentar la autoestima. ¡Siempre es buen momento de empezar a aplicar estos ejercicios! ¡Trabaja Tu Autoestima con las siguientes actividades!
Busca y encuentra el origen de tu baja autoestima
Como te diría un buen arquitecto, no se puede empezar la casa por el tejado, así que para poder mejorar tu autoestima, primero tendrás que encontrar el origen de todo. ¿Un consejo para ello? pregúntate por lo menos hasta en tres ocasiones el “¿por qué?” de tus miedos.
¿Por qué me da miedo ir a la entrevista de trabajo? Porque no me van a coger. ¿Por qué creo que no me van a coger? Porque no soy competente. ¿Por qué creo que no soy competente? Porque de pequeño suspendía mucho y me decían que nunca iba a conseguir nada laboralmente hablando. ¡Bingo! Ahí lo tienes.
Hazlo, inténtalo aunque puedas fracasar
El ser humano tiende a evitar y a no enfrentarse a lo que teme y le provoca miedo, esta es la salida más sencilla, rápida y fácil a corto plazo ya que elimina la ansiedad que la situación provoca.
Pues bien, ahora se sabe que el principal enemigo de nuestra autoestima baja es, sencillamente, no hacer nada. Y es que se ha comprobado que la autoestima no depende del resultado de tus actos. Depende simplemente de que actúes. De esta forma la autoestima aumenta cuando te enfrentas a las circunstancias, y disminuye cuando las evitas. Así de sencillo.
Sustituye tus objetivos por valores
A veces no conseguir objetivos muy marcados y deseados puede llevar a frustrarnos y a sentir que no valemos para nada, esto no pasa cuando son los valores y no los objetivos lo que marcan nuestra dirección en la vida.
Vamos a verlo con un ejemplo concreto: imagínate que te estás preparando una oposición, llevas meses y meses estudiando y haciendo menos planes de ocio; en este caso tus valores son el esfuerzo, la perseverancia, la superación personal, la capacidad de sacrificio, la fuerza de voluntad y la responsabilidad entre otros.
Si finalmente no apruebas el examen y no consigues la plaza, los valores que sí has mantenido durante esta etapa de tu vida siempre van a estar ahí para que te sientas muy orgullos@ de ello. Así que como dice el refrán: “lo importante no es ganar, sino participar”
Identifica tus fortalezas
A día de hoy sabemos que todos y cada uno de nosotros nacemos con una serie de cualidades, características innatas o fortalezas que son nuestros puntos fuertes, son aquellas habilidades que se te dan especialmente bien, el problema viene cuando la persona con autoestima baja no cree que las tenga y además le cuesta muchísimo identificarlas.
Aquí te lanzamos esta actividad para encontrar tus fortalezas:
Ejercicio 1
- Piensa en 5 logros que hayas conseguido a lo largo de tu vida: Terminar tu carrera, trabajar en el sector que querías, aprender un tercer idioma, tocar un instrumento musical, aprender a cocinar solo, lograr seducir a tu pareja… Si te cuesta encontrarlos es porque no estás siendo generoso contigo mismo, así que imagínate que ese éxito lo hubiera conseguido un amigo, ¿qué le dirías?, ¿cómo se lo reconocerías?
- Luego piensa qué características personales positivas son necesarias para conseguir cada uno de esos logros: la curiosidad, la iniciativa…
- Ya lo tienes, ¡éstas son tus fortalezas!.
Ejercicio 2
La gratitud es una fortaleza muy relacionada con la autoestima, pon a prueba esta técnica para practicarlas.
- Carta a una persona muy querida: La actividad consiste en escribirte a ti mismo una carta describiéndote en tercera persona. Se dejan 20 minutos para completarla. Tras ese espacio, se le pregunta a las persona cómo se ha sentido y qué ha aprendido de ellos mismos.
“Tengo muchas ganas de que llegue el viernes porque te voy a presentar a una persona a la que quiero mucho. Se llama (aquí escribe tu nombre)……… y es (describe las características físicas, psicológicas y sociales positivas tuyas que te gustan).
A continuación, sigue describiéndote en tercera persona como si la carta la escribiera una persona que te quiere mucho.
Lo que más me gusta de él/ella es que ………………………
Algunas de las personas que más le quieren son………………
De lo que más orgullos@ se siente es…………………………
Lo que necesitaría para sentirse más a gusto consigo mism@ y con más autoestima es dejar de…………
Termina escribiendo textual el siguiente párrafo: “Yo creo que se sorprendería si supiera lo importante y especial que es para mí, porque la verdad es que es la persona con la que tengo la relación más estimulante, apasionante y duradera de mi vida.”
Convierte tus pensamientos negativos en respuestas racionales
Nuestro diálogo interno es fundamental a la hora de construir nuestra autoestima.
En personas con una autoestima sana este diálogo suele ser amable, positivo y reconfortante. Pero en aquellas personas con la autoestima baja se convierte en todo lo contrario, aparece una voz que critica, castiga y desprecia los logros constantemente.
Esta voz interior es irracional y suele interpretar cualquier situación de la peor forma posible, incluso cuando no haya pruebas objetivas para llegar a esa conclusión.
¿Qué tenemos que hacer? Detectar esos pensamientos irracionales, negativos acerca de ti mismo/a y cuestionar su objetividad, cambiándolos por otros más realistas y objetivos. Tocará ponerlos a prueba para que tu razón los venza. ¿Es una amenaza real o está totalmente infundada?
Identifica en qué situaciones aparecen y qué es lo que te dicen exactamente. Tus pensamientos negativos suelen ser siempre los mismos, así que ¿de qué manera te hacen interpretar las situaciones?, ¿qué emociones te provocan?
Cuanto mejor entiendas las emociones que te causan, menor poder tendrán sobre ti y es que reconocer la emoción que sientes reduce su impacto.