Hoy quiero hablarte de los castigos … #DeborahTerapiaEmocional
A lo largo de mi experiencia como hija y como mamá pienso ( desde mi punto de vista) que los castigos no resuelven situaciones, en cambio, provocan frustraciones y rebeldía en quienes se aplican, al grado que llega el momento en que el castigo deja de afectarlos como tal.
Los niños llegan a este mundo para poder ser felices y crecer a tu lado. No necesitan castigos, no necesitan azotes (aunque no estoy en contra de un par de nalgadas cuando pasan los límites de la paciencia ) pero no necesitan que les hagas daño. Necesitan tu amor, tu paciencia, tu guía y todo tu cariño para que de este modo se den cuenta que pueden ser adultos exitosos.
Los castigos como los menosprecios, las humillaciones, los gritos, la denigración, las amenazas, asustar, quitarles permisos, las cosas que les gustan, ridiculizar o hacer que lo pase mal emocionalmente son castigos psicológicos, Una forma común de castigo psicológico es el uso de la humillación pública.
Muchas veces los padres o maestros, castigan sólo porque no tienen el conocimiento suficiente para poder aplicar otro tipo de disciplinas más efectivas y menos estresantes para todos como es la disciplina positiva.
Se pueden utilizar por ejemplo, herramientas de crianza adecuadas: las rutinas, la estructura, los límites o la retirada de atención.
Tanto el castigo físico como psicológico pueden tener efectos perjudiciales y graves en los niños. Algunos de los efectos que pueden surgir en los niños tanto en su infancia como cuando son adultos son los siguientes:
- Depresión
- Ansiedad
- Baja autoestima
- Ira
- Rebeldía
- Trastornos de la personalidad
- Problemas de memoria
- Problemas de aprendizaje
- Mala percepción de sí mismo
- Agresividad
- Violencia
El castigo no elimina la conducta incorrecta, solo la suprime temporalmente. No enseña cómo se debe comportar, sino que limita lo no deseado
Desgasta el vínculo afectivo entre el hijo y sus padres. Por lo general el niño se aleja del padre que lo castiga, porque le genera temor e inconformidad
Provoca el comportamiento agresivo y complica otras emociones. No favorece la personalidad del pequeño y su desarrollo emocional
Un castigo puede afectar de por vida a una persona, sobre todo cuando se realiza sin necesidad. A veces los padres castigan para aliviar su propio estrés, y Puede llegar a generar ciertos sentimientos de culpa en el niño o en su padre. En la mayoría de los casos se refleja en resentimiento y rabia
En el caso de que el castigo sea suficientemente duro, puede producir en el niño mucho miedo. Quizá querrá esconderse de quien lo castigó, en pocas palabras, puede destruir la confianza y la relación con sus padres.
La mayoría de veces los padres emplea el castigo porque no conoce otra forma de corregir. En la mayoría de los casos se trata de una imposición ideológica, en la cual se obliga al otro a pensar de una manera.
Es común que cuando la madre, ante el comportamiento inadecuado, difícil o malcriado, decida disciplinarlo con castigos excesivos sin considerar sus posibles efectos negativos sobre el niño. Este tipo de castigo, ya sea leve o grave, dificulta el desarrollo de la personalidad. Además crea un efecto rebote en el cual el pequeño se vuelve más rebelde y desconfiado.
También hay castigos en donde se atenta contra la dignidad del pequeño. Esto sucede especialmente en las escuelas, donde el niño castigado puede ser objeto de burlas inescrupulosas.
Por supuesto hay castigos que se pueden utilizar, los castigos que llamaré “buenos” son los castigos que se hacen de acuerdo a la falta cometida, decirle a un niño (que le pegó a otro en la escuela, por ejemplo ) que no va a ver televisión durante un año, es un castigo enorme que solo causará frustración, puedes mejor castigarlo dándole una tarea que sea positiva como arreglar los cajones de la cocina, regar el jardín, lavar el baño, sacar la basura durante un mes, son tareas que pueden crear un hábito positivo de orden, y a la vez le dará un momento de reflexión en cuanto a la falta que cometió.
Los Castigos malos son aquellos que dañan los sentimientos o a la persona, entre otros: los gritos, el silencio (dejar de hablar), la comparación con otros, la culpabilización, la generalización y la etiquetación (“eres malo”, “eres egoísta”…) quitarles sus pertenencias, y por supuesto el castigo físico .
Recuerdo algo chusco del hijo de una muy buena amiga mía ( al que habitualmente castigaban de todo ) llegó el momento en que le decían :
– Te vamos a castigar con…
y antes de terminar la frase, él un día les contestó:
– Si quieren me quito los tenis, al fin que ya todo me tienen “castigado”
En fin, como te digo al principio de ésta publicación es mi particular punto de vista, y tú , ¿qué opinas al respecto?