Hablar de la muerte es hablar de algo a lo que tenemos que llegar algún día, un camino al que poco a poco avanzamos, lo único que sabemos con certeza que sucederá , los seres humanos tememos a la muerte casi por naturaleza, pero si lo vemos desde otra perspectiva, lo veremos de manera más natural . La muerte muchas veces nos conecta con dolor, con sufrimiento, con duelo, con tristeza… pero la muerte no es solo eso, también nos lleva a renacer, a trascender, a resurgir , y es desde ese punto de vista que quiero hablar de la muerte.
La muerte aparece durante varias etapas de la vida … En la vida normal de una persona, cuando muere el niño, surge el adolescente , cuando muere el adolescente llega el adulto, cuando muere el adulto llega la vejez y cuando tenemos suerte de vivir todas esas etapas en ese orden muere el cuerpo físico dando lugar a una nueva vida según sean las creencias de cada persona .
Morimos muchas veces mientras vivimos, cualquier pérdida que cause un cambio significativo en nuestras vidas es una pequeña muerte.
Hay muertes que no podemos controlar, por ejemplo cuando perdemos el trabajo (porque no dimos el ancho que esperaban) cuando perdemos dinero (por alguna mala decisión)cuando perdemos a la pareja ( muchas veces sin darnos cuenta) cuando perdemos una amistad ( a causa de un mal entendido)
Esas muertes son las que la vida nos pone enfrente, así sin buscarlas y son a esas muertes a las que poco a poco tenemos que ir adaptándonos buscando el mejor lado de las cosas y tratando de sobreponernos de ellas lo más pronto posible, las pérdidas no aceptadas o el duelo no expresado puede continuar causando dolor .
Hay otras muertes que sí controlamos, pero que al igual que las otras también nos cuesta afrontar, por ejemplo cuando sabemos que estamos en un muy buen trabajo pero en el que no somos todo lo felices que podemos ser (y aún con todo en nuestra contra, decidimos renunciar ) cuando sabemos que en nuestra relación de pareja el amor terminó ( y decidimos separarnos) cuando nos gusta mucho algo, pero sabemos que nos afecta (y decidimos soltarlo)
Elegir dar muerte a las cosas que ya no funcionan o no nos sirven es saber avanzar, es saber soltarse a tiempo, es no aferrarse a lo inútil, es una oportunidad para desafiarnos a nosotros mismos, es salir de situaciones que no nos son cómodas, Es una oportunidad de crecer, de ser lo que realmente queremos ser.
Es una aventura que debemos poner en acción y disfrutar, pero ojo, no se puede enfrentar la aventura con temor, el temor únicamente entorpece nuestro camino.
Estar consciente de la muerte de ciertos acontecimientos nos permite vivir cada día y cada momento con agradecimiento por la incomparable oportunidad que tenemos de crear algo nuevo que nos permita un mejor comienzo , recordemos que todo en la naturaleza es así, se muere para volver a nacer.
Experimentar la realidad de la muerte nos permite, generar creatividad, valor y alegría en cada instante que vivimos, nos permite crear nuevos paradigmas, sustituyendo otros que quedaron muertos e inservibles , nos hace modificar y flexibilizar nuestra vida de tal manera que busquemos trascender dejando nuestro pequeño legado en el mundo.
Así pues , la muerte no siempre es triste, también la muerte nos enseña que hay cosas diferentes , que hay nuevos inicios y que si nos aferramos a ella con temor, no descubriremos lo que sigue en el camino.
*Cuando Dulce llegó a mi consulta, sabía perfectamente que ya no amaba a su marido, tenía un plan para dejarlo en poco tiempo después de la boda del último de sus cuatro hijos, tenía sus ahorros listos ( que eran pocos ) y sus cosas bien distribuidas para llevar solo lo necesario cuando llegara el día, su cara reflejaba felicidad … Quería dar muerte a una vida que ya no tenía sentido!
Toda esa seguridad se vino abajo cuando en los siguientes días le diagnosticaron una enfermedad, de esas que ella sola no podía afrontar, y se quedó ahí, esperando la muerte física cuando hacía mucho tiempo, tenía dentro de sí otra muerte… La emocional.